El pino canario confiere matices únicos al vino palmero

Los investigadores Eva Parga Dans y Pablo Alonso González estudian las propiedades del vino de tea, fermentado en barricas obtenidas del núcleo del Pinus Canariensis

La excepcionalidad del pino canario que abunda en nuestros bosques es la responsable de conferir a los vinos del noroeste de La Palma un sabor resinoso único y un aroma mentolado inconfundible. El vino de tea obtiene sus características únicas de las barricas en las que fermenta, elaboradas con el núcleo del ‘Pinus Canariensis’, también conocido como tea. La mayor parte de estas “pipas” tienen más de cien años, ya que la inexistencia de toneleros y la protección del pino canario hace prácticamente imposible elaborar una barrica de estas características en la actualidad. No obstante, hoy más que nunca, mantener viva esta histórica fórmula de obtención del vino es una solución sostenible para desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental y así cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12
Canarias posee una larga y variada tradición vinícola no solo por sus excepcionales características climáticas, geográficas y naturales, sino también por su situación estratégica. Y entre toda su variedad, el vino de tea destaca.
Las características de este vino han llamado la atención de un grupo de investigadores del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) que, liderados por Eva Parga y Pablo Alonso, han estudiado las características fisicoquímicas de este vino. ¿El objetivo? Dotarlo de un marco científico que ayude a su preservación, proteja su elaboración tradicional y lo ensalce como el producto sostenible que es.
Tras estudiarlo, los científicos han concluido que parte de sus singularidades tienen relación con su elevado contenido en α-terpineol. Las propiedades biológicas de este compuesto volátil alcohólico no son baladí, pues investigaciones precedentes le confieren un potencial antiinflamatorio, anticancerígeno, antioxidante y hasta cardio-protector, unas características que casualmente se encuentran de forma natural en la resina de pino. 
El vino de tea no es el único que tiene la suerte de contener esta sustancia, otros muchos lo poseen, pero en una concentración más reducida que la del producto de kilómetro cero palmero. “Los resultados de nuestro estudio muestran una clara correlación entre el aumento del contenido de α-terpineol y el mayor tiempo de envejecimiento en barricas de tea”, explican Parga y Alonso. Aun habiendo hallado la correlación entre ambos, el mecanismo exacto a través del cual las barricas lo transmiten continúa siendo todo un misterio.
Ahora bien, los avances en la tecnología vitivinícola podrían provocar que las propiedades de los vinos de tea se perdieran y con ello, también su seña de identidad. La llegada de depósitos de acero inoxidable, más fáciles de usar y limpiar, se ha convertido en un verdadero enemigo para las barricas de pino canario que, a su lado, resultan más costosas y trabajosas, tanto para conservar como para limpiar.
El espíritu tradicional del vino de tea se ha mantenido gracias a estas pequeñas bodegas del noroeste de La Palma, que han preservado esta elaboración tradicional mejorando sustancialmente las condiciones de elaboración y conservación. Esa apuesta decidida por la calidad y el prestigio les podrá reportar una relevancia internacional en unos años, especialmente tras una guarda en botella del vino de uno o dos años antes de su salida al mercado. “El tiempo lo dirá”, señalan los investigadores.

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Vino de Tea